Solidaridad

“Sembrando oportunidades”: el proyecto de solidaridad y esfuerzo que une a una empresa y a una ONG rafaelina

La firma Austin Powder le cedió una parte de su predio a la Copa de Leche "Rellenitos de Amor" para que realice una quinta, que empezó a dar sus primeros frutos. Esto permite la provisión de alimentos y la capacitación en oficios.

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El valor de la comunidad se mide, en gran parte, por su capacidad para organizarse, colaborar y generar proyectos que mejoren la vida de sus miembros. Es precisamente en barrio Fasoli, donde la solidaridad y el esfuerzo dieron lugar a una iniciativa que combina sostenibilidad, alimentación saludable y la creación de oportunidades. En un espacio cedido por la empresa Austin Powder dentro de su predio, la Copa de Leche “Rellenitos de Amor” del barrio Güemes lleva adelante el proyecto “Sembrando Oportunidades”, una huerta comunitaria que ya empieza a dar sus primeros frutos.

Hace unos dos años, la empresa Austin Powder se acercó a Lorena Quinteros, responsable de la Copa de Leche, con una propuesta que sumaría a su actividad solidaria. “Nos ofrecieron un terreno en su espacio para que pudiéramos crear nuestra propia huerta, con la idea de cultivar verduras y plantas aromáticas, primero para la elaboración de nuestras comidas y luego para el consumo de la comunidad”, explica Quinteros. Esta iniciativa no solo fortalecería el trabajo de la Copa de Leche, sino que abriría una nueva posibilidad para el desarrollo de un proyecto comunitario a largo plazo.

El proyecto no tardó en crecer. Además de la Copa de Leche, se sumaron la Vecinal del barrio Güemes y vecinos, junto con empleados de la empresa. Todos ellos participaron de una etapa de capacitación brindada por integrantes de Pro Huerta, donde aprendieron las técnicas necesarias para la siembra y el manejo de una huerta. “Comenzamos a capacitarnos una vez por semana, aprendiendo de la mano de quienes más saben”, cuenta Lorena.

 

Un espacio con visión de futuro

La huerta ubicada en la parte del frente de Austin Powder que da a calle Luis Maggi, ya empieza a florecer. “Hace apenas unos meses que empezamos a sembrar y ya estamos viendo los primeros frutos”, señala emocionada Quinteros. El objetivo es ambicioso: convertir este espacio en un lugar no solo de producción agrícola, sino también en un punto de encuentro para la comunidad. “Queremos que sea un parque huerta, un lugar donde podamos venir a disfrutar, a compartir un mate, a charlar y participar, un lugar abierto a todos”, expresa con entusiasmo.

Hoy en día, las verduras que se cultivan en la huerta son utilizadas tanto por los voluntarios como por los operarios de la empresa. “Ya hemos empezado a consumir lo que cosechamos, como lechugas, acelga, zanahorias y pimientos. También estamos secando plantas aromáticas como perejil y romero, que luego usamos en la cocina de la Copa de Leche”, relata. La huerta, que cuenta con el trabajo voluntario de unas 15 personas, es ya un orgullo para la ONG.

Aunque en la actualidad los productos de la huerta se destinan al consumo interno, la proyección futura es aún más grande. “Nuestra idea es que, en un tiempo, podamos empezar a comercializar lo que cosechamos. Queremos vender ensaladas, especias y otras cosas que podamos producir con lo que cultivamos”, anticipa Lorena. Para ello, cuentan con el apoyo de Incluirnos, una Asociación Civil patrocinada por empresarios que trabaja para fortalecer el tercer sector.

“Incluirnos nos está ayudando mucho, especialmente con la ampliación de la cocina en la Copa de Leche”, destaca Lorena. La ampliación, que ya está en un 60% de avance, es clave para poder procesar los alimentos y cumplir con las normativas de seguridad e higiene necesarias para la comercialización. “Lo que más necesitamos ahora es colaboración para terminar la cocina. Tenemos el espacio, pero nos falta el equipamiento y la infraestructura para que todo quede listo”, explica.

 

Solidaridad y confianza, el motor del proyecto

Para Lorena, uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la confianza que la empresa Austin Powder depositó en la Copa de Leche. “Ellos nos han dado todo: el espacio, las semillas, las herramientas. Incluso sus trabajadores participan con nosotros en la huerta. Nos han brindado un apoyo enorme y nosotros estamos comprometidos a estar a la altura”, asegura.

El valor del proyecto “Sembrando Oportunidades” no radica solo en la producción agrícola, sino en la visión de trabajo comunitario, en el fomento de la capacitación y en la posibilidad de que todos los involucrados puedan aprender un oficio. “Nosotros no solo damos un plato de comida. Queremos que las personas se capaciten, que desarrollen sus capacidades y que puedan ofrecerlas al servicio de los demás”, reflexiona Lorena.

Para Lorena, el trabajo en la Copa de Leche tiene un valor muy especial. Fueron sus padres Norma y Víctor, quienes en un primer momento tuvieron esa visión de futuro de poder tener el merendero y que hoy toda la familia “está tratando de llevarlo adelante lo mejor posible”.

Fuente: Con información de Rafaela Noticias

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