El rumor estaba instalado desde hacía una semana. El mismo indicaba que las autoridades de la Asociación de Clubes de Básquet iban a impedir de cualquier manera que Regatas llegue a la Liga Argentina. Como le sucediera al Náutico en el último Federal donde una absurda sanción lo privó de su localía en la definición, los dirigentes de la AdC le cerraron a los de La Ribera la posibilidad de subir de categoría mediante un acuerdo económico que ya habían sellado con el presidente de Atlético Echagüe de Paraná para comprarle la plaza que los de Entre Ríos dejaban vacante.
“Ciudad de Buenos Aires, 16 de julio de 2024.
SR. PRESIDENTE DEL CLUB REGATAS SAN NICOLÁS
S / D
De nuestra mayor consideración:
Tenemos el agrado de dirigirnos a Ud. y por su intermedio a la Honorable Comisión Directiva de vuelta institución para agradecer el interés en adquirir una franquicia para participar en el torneo de la Liga Argentina de Básquet durante la temporada 2024/25.
Luego de un análisis preliminar por parte de la Mesa Directiva de esta Asociación de Clubes, se determinó que no cumple con las condiciones mínimas requeridas para los equipos que participarán en dicha temporada, lo que no permite autorizar la concesión de una de las franquicias.
Sin otro particular, les saludamos muy atentamente.
CARLOS S. GUERRERO
Secretario General“.
Ayer por la tarde, ese escueto comunicado llegó a la Secretaría del Club de Regatas. En el mismo la AdC no brinda detallada ninguna explicación técnica sobre las condiciones que no cumple Regatas, sino que esgrime una decisión absolutamente de carácter político por parte de la organización para negarle al equipo de San Nicolás ser parte de la segunda categoría del básquet argentino.
La versión extraoficial confirmada por lo bajo por Echagüe es que la entidad que rige los destinos de este deporte forzó un acuerdo entre el histórico club de Paraná y el descendido Tomás de Rocamora. Se señala una supuesta alianza que en realidad no existe, ya que obligan a Echagüe a cederle la plaza a un equipo que bajó de categoría. El estatuto no habilita a un equipo que descendió a comprar la franquicia pero aquí lo van a vender como una “alianza”. Es, por lo que se cuenta, muy fuerte el poder del presidente de Rocamora en la AdC.
La dirigencia del básquet de Regatas, que ya tenía todo acordado con Echagüe, quedó con mucha bronca y desilusión por este nuevo atajo en su camino. Incluso algunos pretendían recurrir a la Justicia para revertir semejante despropósito reglamentario. Pero Guerrero, el firmante del comunicado y secretario general, les avisó que si sacan los pies plato Regatas quedaría automáticamente desafiliado. Una amenaza con el sello propio de la mafia.
La cuestión es que a Regatas le cerraron la puerta para poder jugar la Liga Argentina cuando deportivamente era el equipo que por mérito deportivo debió tener prioridad para adquirir una plaza. Una vergüenza por donde se la mire. Una más de una dirigencia que sigue destruyendo el básquet argentino en todas sus esferas.
Ante todo esto, los de la Ribera volverán a conformar un equipo para jugar el Prefederal y luego el Federal con pretensiones de poder lograr ese esquivo ascenso dentro de la cancha. ¿Lo dejarán después de todo lo vivido en los últimos dos meses en los escritorios?
El tiempo, como siempre, tendrá la respuesta.
Fuente: Ignacio Arámburu
