
Cipollone empezó temprano en el mundo de la “anaranjada”. “Arranqué a jugar a los seis años, pero no era un talento deslumbrante. Ahí fue cuando me enfoqué en la enseñanza de conceptos y, a los 16 o 17, ya estaba dirigiendo a los premini y cebollitas”, le contó a COSA CIERTA. Esa pasión por la táctica y la formación la profundizó con referentes como Ariel Amarillo, Jorge Acosta y Niky Arámburu, entre otros.
Si bien siempre tuvo el sueño de vivir del básquet, dar el salto no fue sencillo. Fue en Bolivia, dirigiendo al Nacional de Oruro, donde encontró la clave para crecer fuera de su zona de confort. “Román Araudo me ayudó mucho desde la biodecodificación. Me hizo entender que salir de mi burbuja me iba a beneficiar. Hoy estoy en el mejor momento de mi vida, tanto en lo deportivo como en lo personal”, asegura.
Masculino o femenino: ¿Qué es más difícil?
En su paso por Bolivia, Cipollone trabajó con ambas ramas y no duda en responder esta pregunta clásica del mundo del deporte. “Dirigir masculino fue más complejo. En el femenino, las jugadoras entendían todo al toque, lo que facilitaba las cosas. Igual, ambos te exigen al máximo. El femenino viene creciendo y hay que seguir fomentándolo. En Bolivia, pese a los prejuicios, hay un muy buen nivel en la liga femenina”.
Adaptarse a lo distinto
La experiencia boliviana no fue solo un desafío deportivo. La adaptación cultural también jugó un gran papel papel. “Lo más difícil fue la comida. Son muy distintos a nosotros, pero también son personas muy educadas y aplicadas. Hacen exactamente lo que les pedís, ni más ni menos”, relató el nicoleño. Este aprendizaje cultural le dio herramientas para encarar el nuevo desafío en España.
Un salto al sueño europeo
El CB Lumbreras tocó a su puerta con una propuesta irresistible: dirigir tanto el equipo femenino de la tercera división como el masculino de la cuarta. “Dirigir en Europa era un sueño. Recibí otras ofertas, pero esta fue irresistible. Prioricé lo deportivo sobre lo económico y siento que estoy cumpliendo un objetivo gigante”, afirmó.
Cipollone ya tuvo charlas con el presidente del club y con Celeste Alfaro, una jugadora argentina que forma parte del equipo. Con un proyecto de crecimiento a tres años, la meta es ambiciosa. “Apuntamos a construir algo grande y sostenido. Ya empezamos a trabajar en videollamadas para poner manos a la obra”.
Un DT con identidad propia
Cuando se le pregunta en qué se diferencia como técnico, la respuesta de Cipollone es clara: “Intento mejorar día a día, pero siempre mantengo mi identidad. Si bien tengo referentes, busco plasmar mis propias ideas con una buena planificación y un ecosistema sano entre los profes y los jugadores”.
Como todo nicoleño lejos de casa, Cipollone no olvida sus raíces. “Mis amigos y mi familia son mi sostén. Igual, la distancia genera un poco de extrañitis. Por suerte, estar en España facilita estar en contacto con gente conocida. Siempre voy a estar agradecido con quienes me bancaron. Ahora es momento de enfocarme en los objetivos que planteamos con Román Araudo y devolverles el apoyo con resultados”.
Con un sueño hecho realidad y una carrera que sigue en ascenso, Renzo Cipollone está listo para dejar su huella en el básquet europeo. Desde San Nicolás hasta Puerto Lumbreras, este incansable entrenador promete seguir dando que hablar.
YO SOY
Mi nombre es: Renzo Cipollone
Fecha de nacimiento: 19/01/1995
Hijo de: Luján y Mauricio
Clubes donde jugué: Regatas de San Nicolás , Provincial de Rosario, Sacachispas -de Villa Constitución-, Los Andes de Villa Ramallo
Hincha de: Regatas de San Nicolás y Boca juniors
Debut como DT: Los Andes de Villa Ramallo
Clubes que dirigí: los mismos que jugué
Un dirigente: Joaquín Zeperizza y José Pagani
Un DT: Ariel Amarillo y Jorge Acosta
Un momento inolvidable: Dirigir en Bolivia la Liga Nacional
Cancha más difícil: CAOVA de Rosario
El partido con más presión: vs Leones de Potosí
Un amigo: Lautaro Torrent
Un sueño: dirigir Euroliga
Renzo Cipollone es: “un entrenador humilde que persigue sus sueños día a día”.