La serie protagonizada por Jeremy Allen White, Ebon Moss-Bachrach y Ayo Edibiri nos retrata el día a día de las diferentes problemáticas que acarrean los locales gastronómicos, a su vez la percepción de la mirada del comensal universal, en que basan su elección, que consideran correcto o no, que es lo que desarrolla la calidad de un lugar y sobre todo la temática ultra profunda del funcionamiento a través del trabajo en equipo.
Llegó la tercera temporada y en ella podremos encontrar a Carmy (Jeremy Allen White) en su etapa más profesional, el chef empieza a poner en practica todo lo aprendido en varias ciudades del mundo con el fin de mejorar en todos los aspectos su local y equipo trabajo. Desde el primer capítulo nos indica que desea ganar una Estrella Michelin, suceso que ya había logrado como miembro de un equipo de cocina no como líder de dicho equipo. Dentro de dicho aprendizaje efectuado en diferentes lugares del mundo como por ejemplo Dinamarca, Nueva York y París podemos encontrar actores y actrices invitados de gran renombre como Olivia Colman y Will Poulter.
Continuando con los personajes principales, la interpretación de Ebon Moss-Bachrach (Richie) en el rol del primo de Carmy, asume el papel del encargado del personal del emprendimiento donde debe actuar de forma ordenada y tranquila, algo absolutamente distinto a lo que pasa en su vida personal la cual se desarrolla en una relación amorosa conflictiva, tramitando su divorcio, manutención y horas de cuidado de sus hijos. Al transcurrir los capítulos, la serie se toma unos minutos en concientizar al público sobre como diferenciar lo personal de lo profesional y a su vez muestra diferentes soluciones a problemas reales y cotidianos que afectan a las personas independientemente el trabajo que se tenga.
Finalizando el triunvirato actoral de esta tercera temporada se profundiza el personaje de Ayo Edibiri (Sydney) en dónde la problemática se centra en la superación profesional, ser una mujer en un mundo donde los hombres son premiados y desarrollan diversas faltas de respeto o principios ante su trabajo. Además en el plano personal del personaje comienza a ocuparse de su padre que muestra signos de enfermedades cognitivas y motrices.
La tercera temporada de “The Bear” nos sumerge en la lucha interminable de superación con la pelea por tener una estabilidad en la vida personal. En esta edición deja de lado la vida amorosa pero ataca enormemente los conflictos personales pasados y como ellos repercuten en el presente desarrollando posturas y actitudes que dennotan la “maldad” que hay que tener en el mundo de la gastronomía si se desea tener éxito.
“The Bear” rompió un record en los Emmy’s al ser la serie más nominada en la historia del premio con 23 nominaciones entre las que se destacan las nominaciones de Jaime Lee Curtis y Bob Odenkirk como actores invitados en la segunda temporada.
Está noticia de nominaciones nos demuestra que para lograr estar en la boca de la gente se necesita realidad y tener una forma particular de pensarla. Utilizar el humor para lograr la acción de pensar o emocionarse, eso ocurre mientras transitamos el camino de la serie.
Miras la serie y te reís. Recordas la escena y en vez de reírte te pones a pensar. Y eso es lo que la hace única por estos tiempos. Una simpleza que no todos comprenden o no a todos les llega.
Prácticamente, “The Bear” nos enseña que ser auténtico hace que sobresalgas sobre el resto sin temor a asumir errores u objetar el maltrato, todo eso sumergido en relaciones personales que solamente buscan tener un equilibrio a pesar de que nunca se encuentren.
La realidad siempre supera a la ficción.
Fuente: por Mariano Kane