El funebrero Pablo Damián Grottini (44) es juzgado en los tribunales de San Nicolás como presunto autor de los homicidios de su hermano, su hija adoptiva de tan sólo 10 años y su madre, en tres hechos ocurridos entre 2019 y 2022 en Ramallo que, condena mediante, podrían convertir al acusado en uno de los asesinos seriales más despiadados de la historia criminal argentina, por el método macabro y letal que, según la investigación, empleaba: la inyección de aire o sustancias en las venas para simular una muerte natural.
Para llegar a donde se encuentra hoy, es decir, detenido con prisión preventiva desde hace dos años y en el banquillo de los acusados ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 (TOC) de San Nicolás, la fiscal de la causa, Belén Baños, realizó una compleja investigación que tuvo la dificultad de que solo contó con una autopsia concluyente, la de la última víctima, Teresita Di Martino (61), la madre del acusado fallecida en 2022.
Allí, los forenses establecieron que el cuadro de asfixia que presentaba Di Martino era compatible “con la inoculación de aire por vía endovenosa, que puede producir la muerte en dos a tres minutos y con un volumen de aire de 20 a 500 mililitros”.
En el caso de la hija adoptiva, Ailen Grottini (10), la segunda de las muertes que le imputan al funebrero y ocurrida en 2020, la fiscal ordenó exhumar el cadáver para una autopsia, pero por el avanzado estado de descomposición, no se pudo establecer la causa del deceso. Con el hermano Germán Grottini (32), deportista y fallecido en 2019, no hubo ninguna posibilidad, ya que el acusado había logrado cremar el cuerpo.
Por ello, uno de los pilares en los que se basa la acusación con la que la fiscalía logró imputar, detener y llevar ahora a juicio a Grottini por los tres homicidios, son los testigos que ya comenzaron a desfilar por la sala de audiencia y, en total, serán 85.
En base al análisis del requerimiento de elevación a juicio que en su momento redactó la fiscal Baños -y al que tuvo acceso C5N-, estos son las 10 declaraciones testimoniales que fueron claves para incriminar al presunto asesino serial de la jeringa.
1.- Yamila Fernández: médica de guardia del Hospital San Felipe de San Nicolás que atendió a la madre de Grottini e intentó reanimarla la madrugada del 23 de abril de 2022. Además, es médica de Policía, y debido a esa experiencia, fue quien motorizó el origen de la causa porque esa misma madrugada hizo la consulta judicial ante la “muerte dudosa” de la víctima y las extrañas actitudes de su hijo.
Explicó que la señora había ingresado sólo con un cuadro de angustia, que todos los estudios dieron “parámetros normales” y que se le colocó suero al solo fin de hidratación. Cuando le dijeron que podía volver a su casa, el imputado elevando su tono de voz manifestó que “no se la llevaría así”, que la dejaran por lo menos hasta que pase el suero. Incluso, le dijo a la médica: “¿Vos me aseguras que no se va a morir?”.
Recordó que Grottini salió de consultorio 3 donde estaba internada su madre, miró el pasillo y se volvió a meter cerrando la puerta, pero a los pocos segundos volvió a salir y dijo con total tranquilidad: “Me parece que mi mamá se durmió”.
La médica policial también señaló que cuando corría rumbo al shockroom con la paciente, Grottini le preguntó: “¿Está bien mi mamá?”.
“No fue la típica reacción de un hijo que sabe que su madre está en paro. Habló con una tranquilidad llamativa”, describió la profesional.
Por último, contó que al darle la noticia de que su madre había fallecido, Grottini les dijo: “Les agradezco de todo corazón como la atendieron, pero no quiero que mami vaya a la morgue, yo me encargo de los papeles y de llevarla”.
2.- Adrián Jesús Roldán: El camillero aseguró que cuando le practicaban RCP a la mujer, él advirtió que el ambo que vestía la víctima estaba mojado y se dio cuenta que el líquido era solución fisiológica que brotaba del perfus (cánula) del suero que tenía colocado la señora y estaba “dañado cerca del brazo”.
Agregó en su declaración que Grottini “no mostró ningún tipo de reacción de tristeza ni preguntó por qué su madre había fallecido” y que “no quería morgue”.
3.- Enrique Ledesma: jefe de Guardia del hospital y amigo del imputado. Recordó que Grottini le preguntó si la podía cremar y qué causa de muerte le iban a poner en el certificado de defunción. Le contestó que no sabía lo de la cremación y que la causa de muerte la iba a determinar el médico de policía. El acusado le dijo que no sabía qué iba a hacer con su vida y le echaba la culpa a la médica del hospital que no había querido firmar el certificado de defunción.
4.- María Florencia Sciutto: enfermera que atendió a Ailén, la hija de Grottini, cuando murió internada en 2020. Contó que Grottini comenzó a preguntarle insistentemente cómo era el funcionamiento de la llave de tres vías del suero, que le llamó la atención su interés porque “no es normal que pregunten sobre esto”.
5.- Marina Ramírez: enfermera en el caso Ailén. Dijo que Grottini le hablaba al oído a la nena. Escuchó que le decía que “iba a llamar al cura, que se tenía que confesar”, y también escuchó que le decía que iba a llamar al psicólogo. Dijo que “era una situación enfermiza” y que a la nena “la hostigaba”. También fue quien advirtió que la llave de la bomba del suero estaba “manipulada”. Notó que “había un charco de sangre debajo del brazo donde estaba la vía y el padre estaba cubriendo con su cuerpo ese charco de sangre”.
6.- Nicolás Vivenzi: médico del hospital donde murió Ailén. Dijo que las enfermeras le informaron que la paciente estaba descompensada y constató que la nena estaba con un paro cardiorrespiratorio, nuevamente cianótica y que falleció tras hacerle RCP durante una hora. Recordó que cuando le hicieron saber al padre que la nena había fallecido, el acusado presentó “una reacción inusual de calma”. Se enteró años después que Grottini había sacado fotos a su hija en el momento de la reanimación sin autorización.
7.- Roberto Fernández Viña: médico que en 2019 atendió al hermano del acusado en la clínica San Nicolás. Declaró que cuando llegó a la guardia, el paciente Germán Grottini dijo que había tomado unos mates y se empezó a sentir mal. Aproximadamente dos horas después de ser internado, los familiares y acompañantes dieron aviso al personal médico que Germán se había quedado dormido y no contestaba.
Contó que la propia madre les contó que en un momento se había retirado de la habitación para hacer unas compras, quedando Germán solo con su otro hijo, Damián, y que cuando volvió lo encontró muerto.
8.- Yanina Cecilia Tollini: es una amiga del hermano Germán. Contó que en el velatorio, se acercó al ataúd y le llamó la atención que “le salía una espuma blanca de la boca que Damián se encargaba a cada rato de limpiarle”. Dijo que cuando le preguntó de que murió, él miró a su madre y le pregunta: “¿Mami, de qué murió?”. Y ella le responde “de muerte súbita” y que él la miró fijo y le dijo: “De muerte súbita”.
Esta misma testigo recordó que en vísperas del cumpleaños de Damián, el fallecido Germán le había contado que había habido un conflicto familiar, y que su hermano mayor Damián “lo había corrido con un cuchillo” porque él le había dicho que no iba a asistir a su cumpleaños porque iba un sacerdote que no le caía para nada bien.
9.- Damián Pablo Matteucci: otro amigo de Germán. Se refirió al mismo incidente de la corrida con el cuchillo y que el ahora fallecido le dijo al respecto: “No negro… si yo no me corro me liquida, mi hermano está loco… Vos no sabés quién es mi hermano”. Y dijo que Germán en esa oportunidad estaba muy angustiado y muy asustado y le dijo: “Todavía estoy temblando”.
10.- Carlos Carranza: amigo del hermano y albañil. Señaló que Grottini le dijo “Carlos, yo sé que vos sos amigo de Germán y lo querés mucho, pero lo van a destrozar si le hacen autopsia”.
También recordó que a tres días de la muerte de Germán, se cruzó afuera de la casa con Damián y este dijo “esta perra no aúlla más”, haciendo referencia Sofía, la mascota de su amigo. Vio que Damián se metió el plástico de una jeringa en su bolsillo y por la tarde regresó a la casa y se encontró con la perra muerta y que le salía espuma de la boca.
La calificación penal que enfrenta Grottini en este juicio oral es por “homicidio calificado por el vínculo, por la alevosía y por el medio empleado” (respecto de Ailén Grottini y Teresita Di Martino), “homicidio calificado por la alevosía y por el medio empleado” (respecto de Germán Grottini) y “daño”, por la muerte de la perra. La única pena en expectativa para estos delitos es la de prisión perpetua que, en este caso y de haber condena, serán 50 años tras las rejas.
Fuente: Diego Recchini (C5N)