
En medio de la crisis de la industria, Juan Pazo, secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía, se reunió con representantes de SIDERSA, quienes presentaron un plan de inversión inicial de US$ 300 millones para establecer una planta siderúrgica de última generación en San Nicolás, Provincia de Buenos Aires.
La inversión incluye US$ 100 millones en tecnología importada y US$ 200 millones en producción nacional, con el objetivo de “revolucionar la producción de insumos esenciales como el hierro de construcción”, según indicó la empresa. El proyecto no solo fortalecerá el mercado interno, sino que también impulsará las exportaciones, generando empleos y desarrollo económico en la región.
Esta significativa inversión de SIDERSA se presenta en un momento crucial para la industria argentina. Con la caída del consumo debido a la recesión, el sector industrial enfrenta una situación especialmente difícil, particularmente en los sectores textil y metalúrgico.
Durante el encuentro, se detallaron los alcances del plan de inversiones, que se alinea con el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Este régimen permitirá la creación de 300 puestos de trabajo directos de alta calidad y 3.500 empleos indirectos en sectores como la recolección de chatarra y la construcción.
Los representantes de SIDERSA destacaron que la planta producirá 360.000 toneladas anuales de hierro de construcción, un hito significativo, ya que hace 50 años que no se construye una siderúrgica integrada en Argentina. Además de abastecer a las cadenas de producción nacional, el proyecto de SIDERSA tiene previsto exportar el 30% de su producción, lo que equivaldría a USD 100 millones anuales. Esta exportación dependerá de la demanda local, fortaleciendo así la balanza comercial del país.
Uno de los aspectos más innovadores de la nueva planta es su tecnología de última generación, que permitirá un menor plazo de construcción, mayor productividad y un significativo cuidado del medio ambiente. Las emisiones de CO2 serán la mitad de las generadas por las tecnologías convencionales. La planta se convertirá en la más sustentable del mundo gracias a sus tecnologías de reciclado de chatarra, integración de producción y ahorro de energía.
La construcción de la planta abarcará tanto la etapa de acería como la de laminación, lo que permitirá sustituir importaciones anuales y reforzar el impacto positivo en la balanza comercial. Este proyecto también tiene como objetivo revitalizar el corazón siderúrgico de Argentina, trabajando con la comunidad local para reactivar carreras universitarias y terciarias relacionadas con el sector.
El proyecto de SIDERSA surge en un contexto donde las PYMEs enfrentan enormes desafíos. Un informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) mostró que la actividad metalúrgica registró una contracción del 19,5% en abril frente al mismo mes del 2023, siendo una de las caídas más abruptas del sector en los últimos ocho años. En el primer cuatrimestre, el sector acumuló una merma del 8,6%. En cuanto al nivel de empleo, cayó un 0,5% con respecto a marzo pasado.
A pesar de este panorama, la inversión de SIDERSA en San Nicolás se presenta como una iniciativa prometedora en medio de esta crisis. La empresa, con 68 años de historia en el mercado argentino de servicios siderometalúrgicos, sigue apostando por el país y reinvirtiendo utilidades en proyectos que promueven el desarrollo económico y tecnológico.
De la reunión participaron el director de SIDERSA, Hernán Spoto; el CFO, Marcelo Iribarne; y el director Institucional, Pablo Cattoni, quienes presentaron detalladamente los beneficios y el alcance de esta significativa inversión para el futuro de la industria siderúrgica argentina.