Historias

La historia del inglés de Nottingham que vivió el clásico platense en el Bosque y quedó maravillado

Peter es un futbolero de 61 años que está de vacaciones en Argentina, todos los días fue a una cancha distinta y se muestra impactado por nuestra idiosincrasia.

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El empate entre Gimnasia y Estudiantes en el clásico platense en el Bosque de La Plata contó con un espectador que vino desde NottinghamInglaterra, y contó los detalles de una experiencia que lo maravilló. Cómo es la visión de un inglés crítico de su cultura y admirador de la idiosincrasia argentina.

Peter tiene 61 años y es hincha del Nottingham Forest Football Club, el Rojo de su ciudad, uno de los equipos más antiguos del mundo (fundado en 1865) que fue dos veces campeón de Europa y después de penar por largas temporadas en el ascenso, actualmente compite en la Premier League.

Su papá lo llevó en auto a ver aquellas finales históricas de 1979 en Munich y 1980 en Madrid, y hoy son los dos recuerdos más fuertes que guarda a fuego en su corazón. También presenció la mayor tragedia deportiva en Inglaterra, cuando el 15 de abril de 1989 se produjo una avalancha en una de las tribunas del Estadio Hillsborough del Sheffield, dejando como saldo 97 muertos y 776 heridos. Ese día jugaban el Forest contra el Liverpool por las semifinales de la FA Cup.

Peter luce en el lomo las huellas de haber vivido como espectador aquellas jornadas en una época trascendental del fútbol inglés marcada por los hooligans, que luego le dio paso a la era moderna.

“Hace unos años pasé por un periodo en el que realmente odiaba el fútbol, porque como muchas personas estuve muy afectado psicológicamente por el desastre de Hillsborough, en el que estuve presente, y solo recientemente he comenzado a lidiar con eso. Esto también afectó mi sentimiento respecto a la cultura futbolística en Inglaterra, y me desilusioné un poco”, reflexiona.

Por eso abrió su cabeza y comenzó a poner la lupa en otros puntos futbolísticos del planeta. “Siempre he visto bastante fútbol en Alemania: existe una conexión entre el Forest y el FC Koln que data de aquellos tiempos europeos, y hoy voy allí a menudo, cuatro o cinco veces al año. La cultura futbolística en Alemania es buena, más disfrutable que en Inglaterra en estos días. Es asequible, menos comercial. Los clubes son, en su mayoría, salvo algunas excepciones, propiedad de los hinchas. Y me gusta eso. Yo tengo una acción en el Colonia, soy un pequeño propietario. También en el Partick Thistle Football Club de Glasgow, Escocia. Hay personas buenas allí que hacen un buen trabajo para los refugiados y trabajan por el bien social, y yo soy un firme creyente en el fútbol para el bien social”, define con pasión.

Diluvio en Tigre y choripanes en Florencio Varela

“¿Por qué vine a Argentina? Es un lugar que siempre me pareció interesante”, responde quien leyó varios libros que tratan acerca de la cultura futbolera nacional. “La historia del fútbol argentino es realmente atractiva y bastante similar a la inglesa, por cómo el juego creció a principios del siglo XX entre la gente trabajadora. Tenemos mucha conexión”, explica.

Peter ya había venido al país en 2024, en esa ocasión con su esposa y su hijo. Y ahora volvió solo, aprovechando sus vacaciones como director de una escuela primaria en Nottingham. De los nueve días que lleva en Buenos Aires vio ocho partidos y registró en su cuenta de Instagram cada una de esas experiencias en las canchas de Argentinos JuniorsHuracánDeportivo RiestraSan LorenzoDefensa y JusticiaTigre, Estudiantes y Gimnasia. Antes ya había conocido los estadios de PlatenseIndependiente River, entre otros.

De todas esas visitas se lleva algo, aunque le es inevitable trazar paralelismos con el Forest, club que por supuesto ama, y entonces destaca a Independiente y Argentinos Juniors por sobre el resto: el primero por tener una conexión en sus orígenes con los ingleses, ya que hay una corriente histórica que explica el rojo de la camiseta como un homenaje a los de Nottingham; y el segundo por las similitudes en el ADN entre los Bichitos Colorados de La Paternal y los británicos -ambas instituciones con orígenes socialistas y denominadas chicas, que sin embargo lograron levantar la copa a nivel continental-.

“Fue muy raro ir al estadio de Deportivo Riestra, bastante aterrador por la zona; en Tigre vi el partido bajo una lluvia torrencial; Huracán tiene arquitectónicamente el estadio más bonito del mundo; y Florencio Varela me pareció un lugar al que no me hubiera gustado ir solo, pero toda su gente alrededor del estadio fue fantástica conmigo”, resume.

Al ahondar sobre su experiencia nocturna viendo a Defensa y Justicia en el Conurbano, cuenta riéndose que “había muchos niños allí que creo que nunca habían visto a alguien tan distinto: yo estaba con unos holandeses que medían casi dos metros ¡Creo que parecíamos extraterrestres!”. En Varela compartió unos choripanes en la casa de una señora que los invitó a entrar porque se había largado a llover: “Me recibieron con mucha amabilidad y estoy muy agradecido con toda esa gente maravillosa”.

La Plata, ciudad que lo maravilló

Peter llegó a La Plata en Uber desde San Telmo -zona en la que está parando- el domingo apenas pasadas las 9 de la mañana, luego de haber perdido el tren. Se tomó un café en diagonal 74 y recorrió la Estación Provincial en 17 y 71, Plaza Malvinas y Plaza Moreno, previo a encontrarse con la gente del tour que le había conseguido su entrada para presenciar el clásico en el Bosque.

“Yo estaba al tanto de las historias de Gimnasia y Estudiantes, y creo estar más cerca de quien tiene fama de ser ‘el club del pueblo’, de los eternos no ganadores. Por eso quería que ganara Gimnasia”, se sincera con respeto, porque también estuvo presente en el Estadio UNO y se lleva ese recuerdo en el que disfrutó de una noche de Copa Libertadores.

“En otras canchas normalmente estamos sentados, pero acá lo vivimos parados detrás de uno de los arcos y el ambiente fue increíble, fantástico. Ya desde antes del inicio del partido, con un grupo de hinchas que simuló un funeral en medio de la calle, los fuegos artificiales, baile y mucha cerveza. Y el estadio no se parece a ningún otro que haya visitado antes; es hermoso, antiguo y poco comercial”, describe.

En el Bosque conoció a mucha gente y entabló diálogo con los hinchas. Y un aspecto particular que no deja de sorprenderlo es la cantidad de mujeres y chicos que dicen presente en las tribunas. “Veo que es algo que pasa con normalidad en Argentina, en donde hay muchas mujeres incluso con bebés; y esto no sería posible en Inglaterra porque allí las tribunas no parecen cómodas para ellas”, explica.

Peter cuenta que en el Forest existe en la actualidad un grupo de mujeres que trata de promover una mejor integración en el estadio, ya que su presencia sigue siendo una rareza en un ambiente históricamente reservado para los hombres: “Lo que ocurre es que parecieran ir solamente para acompañar a sus novios, y eso es algo que no pasa acá, sino todo lo contrario; acá las mujeres y los chicos son realmente unos hinchas más”.

El inglés de visita en nuestro país cuenta con humor que en todas las tribunas la gente notó enseguida que era extranjero, y que cuando se enteraban que era inglés, muchos bromeaban y lo chicaneaban, siempre con respeto: “Nos reímos mucho de eso y solo hubo saludos y abrazos; una de las cosas más lindas del fútbol es que une a la gente corriente”.

Con respecto al partido, disfrutó mucho del primer tiempo del Lobo y del segundo del Pincha: “En la primera parte, Gimnasia jugó fantásticamente y pienso que podrían haber hecho cuatro goles, pero solo hicieron uno. Me gustó el centrodelantero (por Rodrigo Castillo), era muy físico y me gustaría verlo jugar en el Forest. El empate llegó al final y hubo un silencio grande… pero la vida sigue”.

“Acá el fútbol es más duro que el inglés, hay mejores entradas, más pasión en el campo y a veces incluso se juega un poco más rápido. Los jugadores se salen con la suya en jugadas que serían amonestaciones o expulsiones en Inglaterra y acá no. Es realmente bueno de ver que la mayoría de los árbitros también parece dejar que los partidos fluyan un poco mejor, y eso me gusta”, cuenta quien fue testigo con sus propios ojos de la viveza criolla, del potrero argentino.

“La gente es increíble”

“¿Qué es lo que más me gusta de Argentina? Claramente la gente, sin dudas, que es increíble. El estilo de vida parece mucho menos materialista que en Inglaterra”, responde primero y continúa: “Y para ser honesto, lo único que no me gusta en este momento es la desigualdad que hay en tu país; pero eso es igual en todas partes, incluso en Inglaterra. Somos un país muy dividido. Mi ciudad, Nottingham, es una de las más pobres de Europa. Margaret Thatcher, una bruja malvada, empeoró la situación en su momento. Y acá no me gusta su presidente (Javier Milei), que me parece demasiado de derecha, algo así como un Trump de juguete; no puedo entender cómo lo han elegido”.

“Quiero volver el año que viene de vuelta con mi familia. Además, todos mis amigos quieren venir, todos están muy celosos. Aunque es caro venir acá. Pero me siento un afortunado porque tengo un buen trabajo y puedo permitirme el vuelo, ya que no gasto en otras cosas exóticas, no tengo un coche lujoso, me manejo en bicicleta, no tengo una casa grande y por eso gasto mi dinero en experiencias como esta”, concluye.

El lunes cerró su tour futbolero en Villa Crespo viendo el partido entre Atlanta Almagro, por la Primera Nacional. Este martes se subirá al avión de vuelta y se llevará en la valija un sinfín de historias que ratifican el profundo amor que siente por la pasión de los argentinos, no solo a la hora de alentar en la tribuna, sino en el día a día, cuando hay que afrontar la vida bajo este cielo, con todo lo que eso implica.

Fuente: Con información de 0221.com.ar

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