La continuidad de días fríos contrasta con la temperatura corporal de la política. La gestión bonaerense de Axel Kicillof busca una salida del complejo laberinto económico al que lo expone hace seis meses la presidencia de Javier Milei, ya sea por el ajuste o por mostrarse en desacuerdo con las políticas libertarias.
El contexto abre escenarios preocupantes. El sindicalismo bonaerense le pisa los talones al Gobernador, pese a los recortes de fondos nacionales que vienen denunciando Kicillof y su elenco ministerial.
El objetivo de la dirigencia que nuclea a empleados estatales, docentes, judiciales y médicos es establecer cuál será el rumbo salarial que la Provincia proyecta para el segundo semestre. Ante el escenario poco alentador, pretenden dejar abierta alguna puerta de negociación para futuros aumentos.
En paralelo, un par de ministros de Kicillof le apuntaron a la gestión libertaria por el aumento de la tasa de desocupación, tras conocerse por parte del INDEC que la tasa de desempleo alcanzó el 7,7% a nivel nacional y creció al 9,5% en la provincia en lo que va de 2024.
Esos datos tienen especial impacto en el Conurbano. Fiel a su estilo, el titular del área social del gabinete, Andrés Larroque, sostuvo que, de continuar las políticas económicas de Nación, pueden provocar “una tragedia en términos económicos y sociales”.
Claramente el clima político parece poco propicio para elecciones internas y candidaturas anticipadas, aunque sí es momento de dar discusiones políticas en ámbitos partidarios.
Con ese tono, no pocos entienden que el kirchnerismo tiene que abrir la discusión ante la aparente necesidad de un recambio generacional dentro del universo peronista, con una alternativa capaz de volver a seducir al electorado frente al modelo de ajuste de Milei.
En ese tablero, se habla de la posible vuelta de Sergio Massa al centro de la escena política: “Sólo es una cuestión de tiempo para que empiece a jugar otra vez”, auguran.
Un dato relevante en términos políticos es que el líder libertario sigue gozando del apoyo del electorado que lo acompañó durante su campaña presidencial. “Milei está cumpliendo con su promesa de ajuste, pero con fuerte insensibilidad social”, cuestionan en las diagonales.
A todo esto, los referentes del PRO bonaerense están al rojo vivo mientras preparan el terreno para una nueva etapa con el diputado nacional Cristian Ritondo como candidato único a conducir el aparato partidario en la Provincia.
Ritondo asumirá el liderazgo en medio de una intensa disputa interna que involucra a figuras prominentes, como el expresidente Mauricio Macri y la ministra Patricia Bullrich, quienes compiten por la representación de un partido que sufrió en las últimas elecciones pero que logró reposicionarse dentro del gobierno de Milei.
Ritondo viene trabajando estratégicamente para su llegada al poder del PRO bonaerense, contando con el apoyo de Macri, pero el desafío no será fácil, especialmente considerando que el grupo de Bullrich ya opera de manera independiente en la Legislatura.
La lista que coloca a Ritondo en la presidencia del PRO está ligada a un acuerdo que permite a Diego Santilli liderar nuevamente la lista para renovar su banca en la Cámara baja, con la mira puesta en 2027.
Tanto Ritondo como Santilli tendrán la tarea de restablecer la relación con los radicales que también enfrentan su propia disputa doméstica. “El radicalismo es clave, al igual que la Coalición Cívica. Son partidos con los que hemos atravesado tanto el gobierno como la oposición. Pero ahora hay otro jugador en la cancha (La Libertad Avanza), y debemos observar cómo se definen internamente”, señalan desde el esquema del PRO.
Mientras tanto, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei también disputa espacios en el armado libertario para luego operar quirùrgicamente en las listas del año que viene en la Provincia.
A pesar de las diferencias entre amarillos, el conflicto entre Macri y Bullrich no se centra en apoyar o no al Gobierno nacional, sino en quién asume ese rol de liderazgo. El expresidente se niega a ceder el mando partidario a la ministra, manteniendo una postura firme de oposición al PJ.
El PRO sabe que una victoria en territorio peronista sería un golpe significativo para el kirchnerismo, ya sea representado por Kicillof o La Cámpora. Por ello se apresuran a consolidar a su candidato para recorrer la Provincia, con o sin el apoyo de Bullrich.
Y en medio de la agitación política nacional, los radicales se preparan para una contienda interna crucial que definirá el liderazgo del Comité Provincia.
Pese al clima poco favorable para internas, el consenso para una lista única sigue siendo una meta difícil de alcanzar. Con el mandato de Maximiliano Abad llegando a su fin, el vacío de poder generó una atmósfera de expectativa y rivalidad. El sector alineado con Facundo Manes ya dejó clara su intención de competir por la conducción provincial, aunque los tiempos se acortan día a día.
Sin embargo el neurocientífico enfrenta dos obstáculos infranqueables para poder presentarse_ por un lado, no es afiliado a la UCR -requisito fundamental para cualquier aspirante- y no reside en la PBA.
A pesar de estos impedimentos, en los círculos internos del radicalismo se especula que su hermano Gastón Manes podría ser el elegido para esa contienda. A diferencia de Facundo, Gastón sí cumple con los requisitos de afiliación y residencia necesarios para participar en la interna.
Fuente: Por Ricardo Salas (La Nueva Provincia)