En la mañana del 4 de junio, los canales de televisión transmitieron como si fuera una cadena nacional las imágenes de camiones del Ejército retirando, para luego entregarles a la fundación Conin, una parte muy mínima de los casi 6 millones de kilos de alimentos que mantiene almacenados en dos galpones, Villa Adelina (provincia de Buenos Aires) y Tafí del Valle (Tucumán).
En esa oportunidad, lo repartido fue un poco más 460.000 kilos de leche en polvo que estaba próximo a vencer. Un mes pasó de esa sobreactuación y todo sigue igual. Los alimentos siguen sin ser entregados y quienes mantienen con vida esos comedores hacen cada vez más malabares para seguir dando de comer en un país donde la pobreza crece a niveles alarmantes.
Vanesa, del comedor “Construyendo Futuro”, de la Villa 20 en el barrio porteño de Lugano, califica de “una vergüenza” el show montodado por Petovello. “A nosotros no nos llegó nada de eso, al único que le entregaron mercadería, y ni siquiera toda (porque fue la leche que estaba por vencer) fue a la Fundación Conin, coordinada por Abel Albino que en su momento había declarado que tenía un hobby caro: darle de comer a chicos pobres”. Otra vergüenza. “Damos 700 raciones, de las cuales 500-550 son para los chicos y del resto la mayoría son mujeres. Aunque en el último tiempo se acercaron muchos hombres que se quedaron sin trabajo”.
“¿Cómo sobreviven?”, es la pregunta obligada. “Nos organizamos con donaciones y actividades que se hacen en los barrios como bingos, rifas y colectas. Hay un espíritu de solidaridad entre las familias de los propios barrios para poder poner cada uno un poquito”.
En San Roque, provincia de Mendoza, está el comedor “Construyendo sueños”. La tierra de Albino y Conin y zona que recibió la mayor cantidad de mercadería. “Le damos de comer a 40 niños y 15 mujeres. Entregamos alrededor de 90 porciones entre niños y abuelos. No nos llegó ninguna mercadería de lo que supuestamente mandaron, la forma en la que la distribuyeron es muy inadecuada. La situación en la que estamos es pésima. No recibimos ninguna ayuda es todo a base de trabajo en conjunto con los compañeros, es todo a pulmón”.
En Albardón, provincia de San Juan, está el merendero Caritas Felices. Allí, concurren a 10 mujeres y 60 niños y en entregan más de 60 porciones. “Aquí no llegó ninguna mercadería de Pettovello. La situación es terrible, hay mucha pobreza. No nos están entregando ninguna ayuda, juntamos un poquito cada uno para poder seguir dando la merienda”.
Desde la provincia de La Rioja nos llega el testimonio
de quienes sostienen el merendero Corazón Contento. “Vienen 78 familias, más de 150 niños y 70 mujeres. Se entregan alrededor de 200 porciones de merienda. Tampoco llegó ninguna mercadería de la que repartió Pettovello. Desde hace un año que no recibimos nada. Seguimos realizando meriendas gracias al trabajo colectivo de todos los que componemos nuestro Merendero y así salimos adelante”.
Ante una “situación que nos desborda y nos duele”, nos cuenta que tuvieron que tomar una resolución drástica: “de 3 veces por semana que se realizaba la merienda pasamos a 1”. Decisión que tuvieron que tomar en un montón de comedores más.
El merendero “Dulce Esperanza” se encuentra ubicado en Corrientes. “Asisten aproximadamente 60 familias, contando unos 100 niñes, 27 mujeres solas o madres solteras y entre 15 y 22 adultos mayores. A nosotros hace 9 meses que no nos entregan nada. Cada vez vemos más familias que necesitan alimentos y la situación es muy difícil de sostener”.
En Formosa, quienes mantienen el merendero “Manitos pintadas” cuentan que “teníamos 5 merenderos y tuvimos que cerrar por la falta de mercadería. Actualmente rotamos la entrega entre dos barrios porque hay muchas familiares. Ni un kilo de leche nos llegó. La situación en la que estamos es inhumana”.
En el merendero Carita de Ángel, en Misiones, también hace 9 meses que no reciben nada. “Aquí vienen 80 niñes, 15 adultos mayores y 10 madres solteras y no nos ha llegado nada, lo cuál es muy injusto. Nos están mezquinando unos kilos de leche que al gobierno no les sirve para nada. Ellos no pasan hambre, pero para la gente que no tiene que comer es de gran ayuda”.
“La pregunta del millón es a dónde fue esa mercadería”, se preguntan en el merendero “Rayito de sol” en Aguas Calientes en Jujuy. “Nosotros en la provincia además venimos sufriendo la persecución a las organizaciones sociales y sindicales”.
En Salta, el merendero “Rayo Mc Queen”, tambien lleva “entre 9 y 10 meses que no recibimos nada”, Estamos entregando la merienda una vez por semana y todo lo hacemos a pulmón. Nos solventamos con la venta de pan, empanadas o alguna rifa”.
Como vemos, la no entrega de alimentos a comedores viene de hace tiempo, desde la gestión anterior del Frente de Todos (con Alberto Fernández como presidente y Victoria Tolosa Paz como ministra de Desarrollo Social). Algo que fue denunciado y reclamado en las calles por las organizaciones sociales y siempre retratado por este medio.
A eso hay que sumarle, que este año la pobreza y el hambre se profundizaron. Y los ingresos de quienes son beneficiarios de planes sociales se deterioraron de manera brutal. El ajuste y castigo a los más pobres es criminal, no hay otra palabra para definirlo.
Pero tambien es criminal la pasividad con la que las centrales sindicales están actuando ante todo el plan de guerra de Milei, cuyo último capítulo es una nueva tanda de despedidos en el áreas claves del Estado, como el Hospital Posadas y espacios de la Memoria.
Más que nunca es urgente que se reparta ya los alimentos retenidos, que ademas les corresponden a los comedores. Hay que unir todos los reclamos y darle pelea al ajuste en curso y frenar el plan de ajuste al servicio de los grandes empresarios y el FMI.
Fuente: Con información de La Izquierda Diario